martes, 9 de diciembre de 2014

El Monte de las Animas - The Mount of the Souls






PERSONAJES PRINCIPALES POR ORDEN DE APARICIÓN EN EL RELATO:
            Beatriz: Hija de los Condes de Borges.
            Alonso: Hijo de los Condes de Alcudiel.

RESUMEN DE “EL MONTE DE LAS ÁNIMAS”

PARTE I
Se acerca la noche en el día de Todos los Santos, por lo que unos cazadores que se encuentran en el Monte de las Ánimas, deciden regresar a la ciudad.

REGRESO AL CASTILLO

 Beatriz quiere continuar la batida, pero su primo Alonso le cuenta una historia que justifica el retorno. El Monte perteneció a los Templarios, el rey los hizo venir a esas tierras con agravio de los nobles que las reconquistaron. Entre ambos se gestó un odio que acabó por estallar. El Monte era coto de los Templarios, sin embargo, los caballeros decidieron internarse en estas tierras para batir a los lobos, lo que provocó una gran batalla con numerosos muertos. Aquellas lindes, donde juntos se enterraron amigos y enemigos fueron abandonadas. Se cuenta que, desde entonces, la noche de difuntos tañe sola la campana de la abandonada capilla y que las ánimas de los muertos, corren, en cacería sobrenatural, espantando todo lo que a su paso encuentran y dejando huellas fúnebres de sus descarnados pies sobre la nieve.

LUCHA MORTAL

PARTE II
En el palacio de los Condes de Alcudiel, las viejas cuentan historias de aparecidos, mientras en las afueras las campanas doblan lastimosamente. Ambos primos se despedirán pronto, por lo que Alonso le ofrece a Beatriz el joyel que sujetaba la pluma en su gorra. Pero Beatriz lo rechaza con desdén, no queriéndose ver comprometida. El le dice que siendo el día de Todos los Santos, también lo era el suyo, por lo que podría aceptar el presente sin verse obligada, si bien, le comenta que igualmente ella podría corresponderle con un  regalo.

EL REGALO


Beatriz rebusca una banda azul que prendó a su primo, pero le indica que se ha perdido durante la caza. Alonso quiere evitar a toda costa internarse aquella noche en el Monte de les Ánimas, pero su prima, altanera, lo compromete. Sintiéndose obligado,  Alonso abandona la estancia, en su busca.

EL DESAFIO

 PARTE III
Habían pasado tres horas, y próxima la medianoche, Beatriz se retiró a su oratorio. Alonso no había vuelto. Quizá tuvo miedo, pensó Beatriz.

Cuando finalmente se acuesta, poco a poco va perdiendo su presencia de ánimo. Ruidos inexplicables fuera y entro de la estancia la van sumiendo en un progresivo temor que en un principio cree fruto de su imaginación, pero que, finalmente, no puede por menos que considerar real, siente que algo o alguien, está junto a su cama.

NOCHE INQUIETA


La eterna noche dio paso a la aurora. Beatriz siente lejos sus temores pasados, pero cuando descorre las cortinas de su cama, un profundo terror la embarga: junto al reclinatorio está su banda azul desgarrada y cubierta de sangre.

MUERTA DE HORROR


Cuando sus sirvientes acuden a noticiarle la muerte de Alonso, devorado por los lobos, la encuentran con los ojos desencajados, cogida rígidamente a uno de los mástiles de su cama. ¡Beatriz ha muerto, ha muerto…de horror!

PARTE IV
Dicen que un cazador extraviado aquella noche de Difuntos, antes de morir al día siguiente, pudo contar como entre otras muchas cosas espeluznantes pudo ver como una joven desmelenada y descalza, daba gritos alrededor de la tumba de Alonso, mientra era perseguida por corceles y guerreros descarnados.

PERSECUCIÓN MORTAL


LO SOBRENATURAL

La fecha y el lugar son utilizados hábilmente por el escritor para plantear su exposición del hecho sobrenatural. La acción no se desarrolla cualquier día, sino entre la tarde-noche del 1 de Noviembre, día de Todos los Santos, y la madrugada-día del 2 de Noviembre, día de los Fieles Difuntos. Tampoco el lugar es indiferente, es precisamente el Monte de las Ánimas.

Respecto al 1 de Noviembre, indicar que se ha señalado que en esa fecha se celebraba una fiesta pagana de origen celta, conocida como Shamain, que al parecer festejaba el inicio de un Nuevo Año. Esto suponía, por tanto que el final del año se producía el 31 de Octubre.

Para la festividad cristiana, siendo el 1 de Noviembre, el día de Todos los Santos, el día 31 de Octubre era su víspera. En lengua inglesa este día era conocido como All (todos) Hallow´s (de los Santos) Eve (Víspera), es decir, Víspera de todos los Santos, que con el tiempo acabaría contrayéndose y derivando en el hoy conocidísimo, incluso en tierras latinas, como Halloween.

La carga tenebrosa de las fechas citadas está servida desde antiguo, y como se ve, no exclusivamente en nuestras tierras, pero por si fuera poco entra en juego también el día 2 de Noviembre, día de los Fieles Difuntos. El autor juega con la fuerza de esta fecha, combinándola con la del lugar donde se producirá el hecho: el Monte de las Ánimas. Las Ánimas, quizá asociadas a las Ánimas del Purgatorio, almas que aún se encuentran purgando parte de sus culpas, podrían ser la clara manifestación sobrenatural, de estos Fieles Difuntos. El poeta probablemente juega con este enigmático recurso, aunque sólo habla genéricamente de ánimas. Quizá, de esta manera, las desvincula del componente religioso propio de la festividad, lo que le permitiría, llevando la idea al extremo, otorgar naturaleza violenta a estos espíritus que acaban persiguiendo a  Beatriz.

El peso emocional que originará en el relato los hechos luctuosos que se desencadenarán sobre los protagonistas, está apoyado fuertemente en un trágico acontecimiento del pasado, la lucha a mortal entre Templarios y Nobles.

Los Templarios fueron grandes monjes guerreros que solo debían obediencia al Papa. Tras sus campañas en oriente, obligados a regresar a occidente, su poder económico y militar despertó la envidia y el resentimiento de muchos poderes fácticos, creándose grandes enemigos entre la realeza y el clero. Algunos de ellos, siendo sus deudores, vieron en su eliminación, la solución a sus problemas. Una grave, polémica y contradictoria acusación de herejía acabó con sus intereses y en muchos casos, con sus propias vidas. El misterio siempre rodeó sus creencias y acciones, nuevo recurso, que sin duda aprovechó magistralmente Bécquer.


Nuevamente aparece una muerte violenta como desencadenante del hecho sobrenatural, a la que, en este caso, habría que añadir el gran número de las que se producen, que provocadas por el enfrentamiento entre templarios y nobles, habrían dejado “impregnadas” de emanaciones anímicas las lindes del Monte. 

          





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